Convertir una vela usada en una lona duradera: Guía paso a paso

Reutilizar materiales viejos no sólo es sostenible, sino también satisfactorio, sobre todo cuando puedes transformar algo gastado en una herramienta funcional. Uno de los mejores ejemplos de ello es convertir una vela usada en una lona duradera. Las velas, diseñadas para resistir las inclemencias del tiempo y las condiciones más duras, son excelentes lonas cuando sus días de marineros han terminado. En esta guía, te guiaremos por el proceso de convertir una vela usada en una lona resistente que pueda servirte durante años.

¿Por qué utilizar una vela?

Antes de entrar en los pasos, merece la pena entender por qué las velas son excelentes lonas:

  1. Durabilidad: Las velas están hechas de materiales fuertes y resistentes a la intemperie, como el dacrón, la lona o el poliéster, diseñados para soportar el viento, la sal y los rayos UV.
  2. Resistencia al agua: La mayoría de las velas están tratadas para ser resistentes al agua o impermeables, lo que las hace perfectas para utilizarlas como lonas.
  3. Sostenibilidad: Al reutilizar una vela vieja, reduces los residuos y das nueva vida a un material que de otro modo se desecharía.

Materiales que necesitarás

  • Vela usada: Lo ideal es que sea de dacrón, lona o poliéster.
  • Tijeras afiladas o un cúter giratorio: Para cortar la tela de la vela.
  • Máquina de coser (opcional): Para reforzar los bordes y coser los dobladillos.
  • Hilo resistente: El hilo de poliéster resistente a los rayos UV es el mejor.
  • Ojales: Ojales metálicos o de plástico para atar la lona.
  • Kit de herramientas para ojales: Para fijar los ojales en su sitio.
  • Cinta métrica: Para tomar medidas precisas.
  • Rotulador o tiza: Para marcar cortes y pliegues.
  • Cinta de encuadernar o cincha (opcional): Para reforzar los bordes.

Paso 1: Inspecciona y limpia la vela

Empieza por inspeccionar a fondo la vela usada en busca de desgarros, agujeros o puntos débiles. Limpia la vela con agua y jabón suave para eliminar la sal, la suciedad y el moho. Deja que se seque completamente antes de empezar el proceso de transformación.

Paso 2: Planifica el tamaño de tu lona

Decide las dimensiones de tu lona en función de tus necesidades. Si vas a hacer una lona para acampar, un tamaño común es 8×10 pies, pero puedes personalizarla según tus necesidades. Mide y marca la tela de la lona con un rotulador o tiza.

Paso 3: Corta la vela

Con unas tijeras afiladas o un cúter giratorio, corta cuidadosamente por las líneas marcadas. Si la vela tiene bordes reforzados (llamados baluma, grátil y pujamen), considera la posibilidad de incorporarlos a tu lona para aumentar su resistencia.

Paso 4: Haz un dobladillo en los bordes

Para evitar que los bordes se deshilachen, dóblalos unos dos centímetros y cose un dobladillo. Si tienes una máquina de coser, úsala para crear una puntada fuerte y recta a lo largo de los bordes. Si no tienes máquina de coser, puedes coser el dobladillo a mano, pero asegúrate de que las puntadas sean firmes y uniformes. Para una mayor durabilidad, puedes coser cinta de encuadernación o cincha a lo largo de los bordes.

Paso 5: Refuerza las esquinas

Las esquinas de la lona soportarán la mayor tensión, por lo que es crucial reforzarlas. Puedes hacerlo doblando las esquinas dos veces y cosiéndolas firmemente. Añadir un parche triangular de tela del material sobrante de la vela también puede ayudar a reforzar las esquinas.

Paso 6: Instala los ojales

Los ojales son esenciales para atar la lona. Marca las posiciones de los ojales a lo largo de los bordes y en cada esquina, separándolos normalmente entre 12 y 18 pulgadas. Utiliza un kit de herramientas para ojales para instalarlos con seguridad. Asegúrate de que los ojales atraviesan ambas capas de tela si has doblado los bordes.

Paso 7: Prueba la lona de recorrido

Una vez completada la lona, comprueba su durabilidad colocándola al aire libre. Comprueba que los ojales se mantienen firmes bajo tensión y que la lona puede soportar diversas condiciones meteorológicas.

Paso 8: Mantén tu lona

Para que tu nueva lona dure lo máximo posible, guárdala en un lugar seco cuando no la utilices. Límpiala de vez en cuando, sobre todo después de exponerla a la suciedad o al agua salada, y comprueba si hay algún desgaste que deba repararse.

Conclusión

Convertir una vela usada en una lona es una forma práctica y ecológica de reutilizar materiales que han cumplido su función original. Con un poco de esfuerzo, puedes crear una lona versátil y duradera que te proporcionará protección y cobertura durante muchos años. Tanto si vas de acampada, como si vas a cubrir el equipo o simplemente necesitas una capa extra de protección, tu lona de vela casera seguro que resistirá a los elementos. ¡Felices manualidades!

Resail, ¡siempre hay una segunda vida para las velas!